jueves, 20 de enero de 2022

Nada más real que un cuerpo - (libros que dejan huella)

 

Título: Nada más real que un cuerpo. Un asesinato y unas memorias.

Autora: Alexandria Marzano-Lesnevich

Traducción: Flora Casas.

Editorial: Libros del Asteroide. 


Nunca he surfeado pero me imagino que la sensación es muy similar a lo que me ocurre con algunos libros. Con algunos textos parece que te subes a una ola y que te lleva, sin esfuerzo, a la orilla.

Me ha recordado “A sangre fría” de Truman Capote. O quizás lo que recuerdo es la versión cinematográfica ya que la novela la leí hace bastantes años.

Es una novela…  o son unas memorias… o quizás las dos cosas y ninguna a la vez. Lo que sí te puedo contar es que habla sobre la pena de muerte, el derecho a la vida, los abusos (sexuales, psicológicos, emocionales) a la infancia.

También habla de cuestiones que me interpelan directamente, por mi profesión y por convicción. Trata sobre la palabra contada, la historia compartida, el conocimiento de la otra persona, la cercanía, la protección y el amor.

Por el contrario, de igual forma, trata sobre el silencio, sobre la censura y la autocensura, sobre la ausencia, la soledad acompañada, sobre el egoísmo, sobre la hipocresía de una sociedad (la nuestra) y la forma que tenemos de tratar a nuestra infancia. Puede parecer que la mimamos, que le damos todos los caprichos y la consentimos. En muchos aspectos será cierto. La realidad es que, en otras ocasiones, anulamos sus derechos. Las historias de pederastia silenciadas por el entorno (familia, escuela, vecinos…) son una prueba hiriente de ello.

Contemos, hablemos, compartamos nuestro día a día, nuestros sentimientos, nuestras emociones, lo que nos ha ocurrido y lo que nunca ha sucedido. Es importante. Mucho más es escuchar. Escuchemos con el corazón, con los brazos abiertos, con sinceridad, acogiendo. Y si la persona que se está confesando con nosotras, que comparte un espacio íntimo y privado de su vida, es una menor, entonces, recordemos quién es la parte más débil y vulnerable.

Como siempre, me quedo con que el amor es el camino. Incluso para mantener el equilibrio en la peor ola. 




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